CASINOS (F. Gabriel)

Como todos sabréis, el avance de la tecnología ha ocasionado y ocasiona a día de hoy, una revolución y un cambio constante en la sociedad. Las compras, el entretenimiento, el cine o los negocios se han visto claramente afectados por esta transformación. Los cambios en el ocio a raíz de los avances de la era digital son notables. En este caso me gustaría focalizar mi atención en los casinos. 

Los casinos presenciales han dado paso a los casinos online. ¿Qué conlleva esta situación? Mayor inmediatez, más variedad de juegos, jugar desde donde uno quiera... Miles de millones de euros jugados hacen que el auge de los casinos siga creciendo progresivamente cada año. Poco a poco, se han convertido en una herramienta de desconexión para los jóvenes, sin embargo, del ocio al vicio existe un leve hueco, que una vez abierto es difícil de cerrar.



Las posibilidades que ofrecen los avances digitales son, a mi parecer, un dardo envenenado con el que hay que tener mucho cuidado. Tan solo con disponer de una tarjeta de crédito y un DNI puedes sumergirte en el mar de los casinos. Y quizás nos podríamos preguntar, ¿un joven de 18 años con accesibilidad a su tarjeta, en muchos casos con el dinero de papá y mamá, está preparado para adentrarse en este mundo? ¿Tendrá la suficiente madurez para perder y dejar de jugar, o querrá ganar y seguir jugando hasta cumplir su objetivo?

Poder ganar el doble con tan solo un click, como en juegos como la ruleta, hace muy tentador probar tu suerte, pero, este deseo de experimentar puede convertirse en una adicción. En definitiva, estos nuevos comercios y negocios digitales posibilitan y ofertan un gran servicio, aunque, al mismo tiempo un gran riesgo.



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